En el nuevo escenario de turismo, en el que los viajes por el interior de España cobran mayor protagonismo que nunca, el enoturismo se sitúa como la opción escogida por muchos para disfrutar de las próximas vacaciones de verano. Aunque más que un plan de ocio, el enoturismo se ha convertido hoy en día en un estilo de vida propio. La opción de visitar unas bodegas de la mano de expertos, disfrutar de la tranquilidad de los viñedos y sus paisajes y deleitarse con una cata de vinos es la alternativa perfecta y más segura. Bodega Otazu, que reanuda su actividad enoturística a partir del 22 de junio, se presenta como un destino completo para disfrutar de este tipo de turismo. Esta bodega, la más septentrional de España para la producción de vino tinto, supone la unión perfecta entre tradición, patrimonio histórico, arte contemporáneo, naturaleza y vino. Situada a 15 minutos de Pamplona, Bodega Otazu vuelve a abrir sus puertas a visitantes, ofreciendo una propuesta de actividades completa, de calidad y, en especial, segura.
Una de las actividades más demandadas es la visita que da comienzo en el Señorío de Otazu. En él, los visitantes se pueden adentrar en los orígenes más remotos de la bodega: la iglesia románica del siglo XII, una torre de defensa y palomar del siglo XIV y el Palacio Cabo de Armería del siglo XVI. Además, allí se encuentra la obra Tiempo, ganadora del Premio Bienal de Arte Monumental de la Fundación Otazu 2019-2020. La obra, la primera pieza monumental del artista alemán Hans-Peter Feldmann (Düsseldorf, Alemania, 1941) en España relata el valor y la trascendencia de este elemento esencial en la vida cotidiana. La obra se materializa en el reloj de acero inoxidable de más de tres metros de diámetro con ambas caras vistas, insertado 50 centímetros por debajo de la tierra e inclinado adquiere todo el protagonismo sorprendiendo al visitante con su magnitud y su perfecta armonía con el espacio.
Tras esta primera parte, los visitantes recorren los viñedos hasta llegar a las instalaciones bodega. Allí la visita comienza en el Museo del Vino, en el que se cuenta la historia de Otazu y alberga herramientas antiguas que se usaban en etapas anteriores. El recorrido sigue con la visita a Fundación Otazu (galardonada con el Premio “A” al Coleccionismo 2020 que otorga a la Fundación ARCO), en la que puede verse la colección permanente y la colección temporal. La primera cuenta con alrededor de 700 obras de artistas reconocidos internacionalmente como Manolo Valdés, Antoni Tàpies, Millares, Ai Weiwei, Anish Kapoor, Héctor Zamora o Asier Mendizabal, entre otros. La segunda está dedicada a Elena Asins como recuerdo del significado de esta tierra de Navarra en su obra y todo lo que hizo por sus gentes. Se centra en su etapa artística final sobre todo en su investigación artística de Antígona de Sófocles. Esta muestra incluye obras en préstamo del Museo Reina Sofía, una colección privada y piezas de la Colección de la Fundación Otazu.
En esta parte de la visita se puede apreciar el diálogo entre arte y vino, uno de los principales atractivos de Otazu. Tanto el Museo del Vino como la Fundación Otazu se encuentran en el edificio original de 1840 que ha sido restaurado y el cual da paso a la actual sala de barricas de Bodega Otazu, obra del arquitecto Jaime Gaztelu. La Catedral del Vino, como se le conoce en la bodega a este espacio, es un lugar mágico en el que reposan centenares de barricas con cantos gregorianos de fondo creando una experiencia inolvidable. La sala de barricas de Bodega Otazu alberga la obra Ambientación de Cromosaturación Otazu (2018) del artista venezolano Carlos Cruz-Diez, uno de los mayores exponentes del arte cinético. Como colofón a la visita se realiza la cata de tres vinos de Bodega Otazu, con la posibilidad de elegir vinos de gama superior. Esta experiencia se puede completar con un picnic al atardecer o con una noche en el Hotel Alma Pamplona Muga de Beloso.