

El escudo de armas de Jerónimo Piñeiro era acuartelado: primero y cuarto de azur, con un castillo de plata y bordura de la misma con ocho águilas de sable; segundo y tercero de oro con dos pinos de sinople.
Se suceden las quejas de la población por los pagos indebidos que tenían que hacer a Ana de Dicastillo, señora de Eriete, quien cobraba derechos de pontaje (impuestos por atravesar un puente) sobre almadías (embarcaciones de troncos) y reses por tener un puente de su propiedad. Los vecinos aducían que nunca habían pagado. El señor de Eriete fue condenado a no exigir cosa alguna “por el ganado que transitaba por el camino real y puente de dicho pueblo, ni por las almadías que bajaban por el río”.