El sabor y las emociones se alían en las 116 hectáreas de Bodega Otazu. Visitar sus instalaciones es un deleite para los cinco sentidos, donde cada uno encuentra su sitio y sin dejar atrás ningún detalle: todos quedarán registrados en nuestra retina.
Pasear por sus viñedos es sentirse único en el mundo y afortunado, no solo por su increíble patrimonio histórico, sino también por las miles de historias que se esconden en las raíces de estos viñedos. La pasión y el amor por la tierra, la historia, el arte y el vino se palpa. Además, se trata de la Bodega con D.O.P. Pago más al norte de España, por lo que ofrece programas para que sus visitantes se deleiten y disfruten del buen sabor de sus vinos.
Otazu Private Cellar tiene ese sabor de exclusividad que tanto potencia la Bodega Navarra. Se trata de una actividad única e inolvidable, en la cual el paladar y las emociones se conjugan para crear una barrica de 225 litros, de un ensamblaje único de vino tinto, con una etiqueta personalizada. Durante esta jornada, los asistentes recibirán una botella 100% Merlot, otra 100% Tempranillo y otra 100% Cabernet Sauvignon y con ello procederán a elaborar su ensamblaje particular.
Para poder llevar a cabo esta experiencia, Otazu Private Cellar cuenta con la ayuda de su equipo técnico quien explicará las características de cada variedad, tanto en origen como en cualidades aportadas en el ensamblaje.
Esa barrica al gusto de 225 litros será custodiada en nuestra Catedral del Vino durante todo el proceso de crianza. Los participantes, como parte de este proceso exclusivo y cuidado al detalle, firmarán también la barrica y tendrán la oportunidad de diseñar la etiqueta de las botellas, siendo totalmente personalizadas.
Solo cuando el vino está en su momento perfecto, nuestro personal lo embotella y las 300 botellas resultantes se etiquetan y se hacen llegar a los participantes.
Una experiencia, por lo tanto, que se extiende en el tiempo y que mantendrá la expectación hasta el momento de degustar, ya en el calor de los hogares, el resultado de esta extraordinaria vivencia. Esta actividad va más allá de la otra experiencia que ofrece la Bodega, el juego de ser enólogo, ya que los participantes crean su propia barrica de vino y etiqueta para el uso y disfrute posterior en su vida cotidiana.
Una oportunidad sin precedentes que permite degustar y adquirir nociones sobre el mundo del vino varietal.
De esta forma, Bodega Otazu se consolida como la mejor opción en cuanto a vistas a los viñedos y acceso a sus jardines, donde naturaleza y arte se integran acompañados del exclusivo sabor gastronómico y el aroma a vino que lo invaden.