Vitral de Otazu de Carlos Cruz-Diez

Comenzando con la añada de Vitral de Otazu 2013 y hasta la 2042, se editará una Cromointerferencia distinta que irá plasmada tanto en las cajas como en las botellas del vino. El coleccionista que siga el proyecto a través de los años obtendrá una obra monumental que funciona como una rayuela con la que, mediante unos sistemas de imanes y sujeciones, es posible interactuar y articular, al igual que si de un organismo vivo se tratara, cambiantes estructuras que siguen unas guías creadas por el propio artista.

Posibles configuraciones a medida que avanza la colección

El conjunto de la botella, así como su caja, en edición de una o de tres botellas, crean una propuesta espectacular que la convierten en una de las ediciones de vino más exclusivas y bellas que hay actualmente en el mercado. Tanto la botella como sus cajas fueron diseñadas por el Maestro y están firmadas, numeradas y cuentan con su certificado de autenticidad.

Vitral de Otazu: Obra de 1 botella

Vitral de Otazu: Obra de 3 botellas

Separadas del estuche, las Cromointerferencias se pueden, con un sistema especial de imanes, montar en la pared siguiendo un patrón concebido por el Maestro venezolano. Después de 30 años, el resultado es una obra de 2.10 m x 1.80 m compuesta por las 30 Cromointerferencias individuales. Esta obra es manipulable y admite 90.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000 de posibilidades diferentes. El diagrama inferior muestra solo una de ellas.