Comenzando con la añada de Vitral de Otazu 2013 y hasta la 2042, se editará una Cromointerferencia distinta que irá plasmada tanto en las cajas como en las botellas del vino. El coleccionista que siga el proyecto a través de los años obtendrá una obra monumental que funciona como una rayuela con la que, mediante unos sistemas de imanes y sujeciones, es posible interactuar y articular, al igual que si de un organismo vivo se tratara, cambiantes estructuras que siguen unas guías creadas por el propio artista.
El conjunto de la botella, así como su caja, en edición de una o de tres botellas, crean una propuesta espectacular que la convierten en una de las ediciones de vino más exclusivas y bellas que hay actualmente en el mercado. Tanto la botella como sus cajas fueron diseñadas por el Maestro y están firmadas, numeradas y cuentan con su certificado de autenticidad.